Imagina una línea que cruza un país entero, una línea trazada no por un mapa, sino por el sudor y la determinación de 50 atletas de tres naciones. Esta es la Carrera de Relevos de Nike: Desafío al Tiempo, una prueba de resistencia y camaradería que llevó a un grupo de corredores a sus límites.

El llamado de la aventura: Un viernes, bajo un cielo estrellado, 50 corazones latieron al unísono en el Parque Farellones. Chilenos, peruanos y ecuatorianos, unidos por la pasión por correr, se lanzaron a una aventura sin precedentes: cruzar Chile en 24 horas.

Un equipo, un sueño: Divididos en cinco equipos por sorteo previo, cada corredor, desde el más experimentado hasta el principiante, tenía un papel crucial. El equipo de Juan José Espinoza, SUDAMERICAMPS, se destacó desde el inicio. Juan José, con su energía contagiosa, dio la largada y en ese primer tramo corrió 10.9 kilómetros en cordillera, su segundo tramo fue de 13 kilómetros. La ruta estuvo dividida en 20 tramos, de los cuales cada competidor tenía que correr al menos dos.

La noche y sus desafíos: La noche envolvió la carrera, trayendo consigo temperaturas gélidas y un terreno cada vez más desafiante. Daniela Ochoa, con su experiencia en ultra trail, enfrentó un descenso nocturno que puso a prueba su resistencia. Mónica Crespo, otra ecuatoriana en el mismo, tomó la posta, demostrando que la edad no es un obstáculo para la pasión por correr.

La línea de meta: Con cada kilómetro recorrido, la emoción crecía. Los corredores, agotados pero exultantes, cruzaban la línea de meta uno a uno. SUDAMERICAMPS, se alzó con la victoria, demostrando que la unión hace la fuerza. Pero todos los participantes eran ganadores, pues habían superado sus propios límites y escrito una nueva página en la historia del running en Sudamérica.

Para los participantes, la Carrera de Relevos Nike Desafío al Tiempo fue mucho más que una competencia. Fue una experiencia que unió a personas de diferentes países, con diferentes historias, pero con un mismo objetivo: desafiarse a sí mismos y disfrutar de la belleza de la naturaleza. Los corredores demostraron que el espíritu humano no tiene límites y que, trabajando en equipo, se pueden alcanzar metas que parecen imposibles.



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