2024 pasará a la historia como uno de esos años de intensas emociones para el tenis. Como era de esperar, los Grand Slams fueron el epicentro de todo, con Novak Djokovic y Carlos Alcaraz librando memorables batallas por la supremacía masculina. La estadounidense Coco Gauff, de apenas 20 años, demostró ser una de las estrellas más brillantes al ganar Australia y luego el US Open. En estos torneos también Jannik Sinner de Italia y Linda Nosková de la República Checa sorprendieron a todos cuando sus nombres llegaron a las últimas etapas.
La temporada también marcó la despedida de una leyenda: Andy Murray. El británico, que dejó que su país dejara su huella se despidió en Wimbledon de una brillante carrera plagada de éxitos: tres Grand Slams, dos oros olímpicos. Su retiro entre lágrimas habla de un vacío en el circuito. Pero también es un recordatorio de la capacidad aparentemente infinita del tenis para crear héroes que trascienden el tiempo. Por otra parte, la Copa Davis tuvo su propia revolución, ya que Canadá retuvo su título con un juego aún más inspirado de Felix Auger-Aliassime y Denis Shapovalov, que los afianzaron como tal vez la potencia emergente del tenis por equipos.
Fuera de la cancha, el deporte enfrentó grandes desafíos que explican las críticas sobre un calendario ya sobrecargado y el equilibrio entre tradición e innovación. Sin embargo, la ATP y la WTA lograron mantener el interés global con nuevas iniciativas. La United Cup, que sigue uniendo a hombres y mujeres en un evento competitivo, atrayendo millones de seguidores en todo el mundo.
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